Monday, June 23, 2008
mentecato vuela a través de delirios
Mentecato vuela hasta agosto entre cachuditos de cabeza negra, abdomen amarillo y barba de torbellinos; entre chiricocas extravagantes de cuello blanco y patas de crepúsculos; entre choroyes verdes vigilantes de cielos y arco iris; entre rayaditos de Más Afuera con capa de nostalgias y harinas de la mañana; entre turcas pálidas de garganta blanca como espuma de todos los océanos; entre picaflores de cabeza verde con corona roja de vinos turbulentos; entre bandurrias de patas carmesíes y corazón de oleajes; entre bulliciosas orquestas del viento austral; entre carpinteros negros brillando azules y afanosos en las arboledas del sur; entre garzas y estrellas del fin del mundo; entre cormoranes de las islas añoradas; entre torcazas de patas rojo púrpura que tejen con raicillas las dulces sombras y los recuerdos de los enterrados; entre peuquitos pecho gris ceniza y patas amarillas que cantan en medio del bosque...
Después, cuando termine ebrio de horizontes, vértigos y belleza, Mentecato se sentará a orillas del mar a esperar que "el barco de sus sueños regrese..."
Después, cuando termine ebrio de horizontes, vértigos y belleza, Mentecato se sentará a orillas del mar a esperar que "el barco de sus sueños regrese..."
Thursday, June 12, 2008
a la deriva y agónicos
Después
del jadeo
de nuestros
cuerpos
desnudos,
la hojarasca
de la dicha
nos cubrió
lentamente:
éramos
los únicos seres
que,
a la deriva
y agónicos,
resplandecían
en el Universo...
del jadeo
de nuestros
cuerpos
desnudos,
la hojarasca
de la dicha
nos cubrió
lentamente:
éramos
los únicos seres
que,
a la deriva
y agónicos,
resplandecían
en el Universo...
Thursday, June 05, 2008
maldito demonio
Me siento impotente
porque aún no sé cómo hacerte pequeño,
pequeño como guardarte entre mis manos
para darte un beso y te quedaras dormido
acunado en mi vientre.
Y te aferraras como un animalito,
te guardaras allí todo el tiempo,
te asomaras sin obligaciones,
te sanaras sin presión del mundo
y sólo con mi calor quemándote la espalda
salieras un día cualquiera,
subieras a mi cuello
y me dieras una mordida mortal
que, por fin, me hiciera tuya.
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(Un bellísimo poema de mi compañera de letras La peor de todas)