Monday, September 01, 2014

 

había otro tiempo a nuestras espaldas


Había otro tiempo a nuestras espaldas
atrapado en una red invisible
y era como tener dos mundos, 
dos casas y vivir en dos ciudades.

Bellas ilusionistas nos traían estrellas que no conocíamos.

Susurros
desde la maleza  
nos narraban historias de universos tras los sueños.

En la otra ciudad,
nuestros padres tenían rostros que resplandecían
con la primera lluvia.

Cuando crecimos nos olvidamos del otro mundo
pero, cada año,
la primera lluvia nos devuelve nuestros verdaderos rostros. 


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