Friday, April 12, 2013
James Dean
Al pasar del tiempo, Julita enviudó y regresó a casa con dos chicos regordetes. Igual que antaño, toda la música de Al Bowlly y prosiguió con poemas eróticos a James Dean. Esteban me carteó de Japón y que pronto recalaría en Brasil. Yo, por mi parte, con espinillas y de incipiente barba y bigote, acostumbré a sentarme en los escaños de la estación de ferrocarriles a ver subir y bajar de los trenes a rubias de boquitas pintadas. Las había de tacones, amplios vestidos y pizpiretas. Otras se abrazaban con marineros que venían de ultramar. Me convertí en Penélope, pero en vez de tejer comía maní y me hacía el bizco frente a las chicas que me miraban y no eran de mi agrado. En verdad, soñaba que una rubita descendía del tren y se dirigía a mí. Yo pondría cara de bobo y tosería hasta botar todo el maní de la boca...
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Otra más de las historias de mentira del mago Mentecato, más reales que las de verdad.
Salud y eterna amistad
Salud y eterna amistad
Un bálsamo leerte recordado y querido Mentecato, un bálsamo con banda sonora de Al Bowlly, un bocado en medio de la vorágine de mis días...cómo extraño esos tiempos, tus tiempos, mis tiempos...nuestros tiempos.
Abrazos eternos.
Abrazos eternos.
Gracias por su comentario, pero me acabo de dar cuenta de que el poema no estaba entero.
Besos.
PD
Se lo dejo aquí, por si no le apetece viajar.
Ah! tiene usted un nombre muy bello.
SIN ORILLAS
Me despertaron los cantos silenciosos de tu dolor.
Recordé el crujir de la hojarasca
bajo tus suelas desgastadas de tanto vagar.
No me preguntes cómo desde la otra orilla,
pude distinguir la anarquía de tus ojos
dibujando interrogantes en las nubes
que quedaban huérfanas y sin esperanza de repuesta.
Fue entonces cuando nos adentramos juntos al mundo de los sueños
Y nos entregamos entre lágrimas y risas a la magia de la danza,
en aquél lugar sin orillas, te hice entrega de códigos secretos
para que pudieras retomar el camino de regreso con los ojos abiertos
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Besos.
PD
Se lo dejo aquí, por si no le apetece viajar.
Ah! tiene usted un nombre muy bello.
SIN ORILLAS
Me despertaron los cantos silenciosos de tu dolor.
Recordé el crujir de la hojarasca
bajo tus suelas desgastadas de tanto vagar.
No me preguntes cómo desde la otra orilla,
pude distinguir la anarquía de tus ojos
dibujando interrogantes en las nubes
que quedaban huérfanas y sin esperanza de repuesta.
Fue entonces cuando nos adentramos juntos al mundo de los sueños
Y nos entregamos entre lágrimas y risas a la magia de la danza,
en aquél lugar sin orillas, te hice entrega de códigos secretos
para que pudieras retomar el camino de regreso con los ojos abiertos
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